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TERCIOPELO OSCURO EN SU MIRADA
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TERCIOPELO OSCURO EN SU MIRADA Llevaba varios temas admirando el cabello recogido sobre su nuca. La piel suave, deliciosa, de su cuello y su espalda, enmarcada por los tirantes del vestido. Llevaba varias piezas observándola, investigándola. Estaba allí sola, como yo. Quizá esperaba a alguien conocido. Quizá esperara algo desconocido, como yo. El local era pequeño, tubular y oscuro, y estaba abarrotado. El humo gravitaba sobre nuestras cabezas como una densa nube que amenazara lluvia. Habríamos necesitado un aguacero. El cuarteto de jazz que había reunido a aquella muchedumbre sudaba bajo el calor inclemente de los focos. Se giró para pedir otra copa, varios cuerpos delante de mí. No me miró. Se diría que no miró a nadie, ni a nada. Tenía cara de gata peligrosa. Lucía un vestido demasiado elegante para el local. Un escote perfecto. Y un telón de acero en la mirada, como si detrás de los lagos profundos de sus ojos negros se escondieran todos los secretos. Debía rondar los treinta y tantos, con las mujeres nunca se sabe. Yo era entonces un veinteañero fantasioso y bastante osado. Me atreví. Y con la excusa de acercarme a la barra me situé justo detrás. Pedí. Ahora podía aspirar su perfume. Fresco al principio, tomaba cuerpo y una densidad ligeramente oriental en el paladar. Sándalo. Azahar. Cítricos. Cerré los ojos. Olía a paseo por un jardín japonés recién llovido. Con sólo alargar la mano podía acariciar sus hombros. El suave bello transparente de su nuca. Me contuve. La suerte sonríe a los valientes, dicen, y la orquesta me sonrío atacando una bossa lenta, suavemente sincopada. No lo pensé. Me situé a su lado, le cogí una mano y pregunté: - ¿Bailas? Sin darle tiempo a reaccionar la bajé del taburete, la abracé y comenzamos a oscilar. - El jazz no se baila ‒ protestó al cabo de unos segundos, pero sin dejar de seguir el ritmo. - Se puede bailar hasta el silencio ‒ repliqué sonriendo. Continuamos girando sin hablar. Cada vez más cerca. Ella debía notar mis deseos de besarla, pero su cara mantenía el rictus de perfecta esfinge, mientras clavaba sus ojos de felina en los míos y me desnudaba el alma. Empezó a levar el ritmo. La seguí. Aprovechando las vueltas, mi mano bajó hasta la curva imposible de sus caderas. No protestó, no sonrió. Aprovechando el retorno de otra vuelta, la besé. Al principio con los labios cerrados, pero con presión. Luego sus labios se entreabrieron y mi lengua entró en su boca, primero tímidamente, después con fuerza, en una lucha homicida y desesperada con la suya. La atraje. Acercó su sexo al mío, apretando mi erección. Enredó sus dedos en mis cabellos y me mordió con sus colmillos el labio inferior. Me hizo daño. Cuando me separé, en la oscuridad de su mirada parecía dibujarse una sonrisa. Quizá era un aviso. Sentí deseos de abofetearla. Pero volví a besarla, ahora con algo de violencia. Girábamos sostenidos por la música y todo el local orbitaba a nuestro alrededor. Se aferraba a mi espalda como si fuese a caer en algún abismo. Al acabar la pieza éramos dos adolescentes que habían descubierto el sexo aquella misma noche. Mis manos recorrían su culo por debajo del vestido, y ella mordía mi cuello, mis hombros, desabrochándome los últimos botones de la camisa. In tentó retirarse, pero le di la vuelta y la abracé por detrás, besándole por fin la nuca, mientras mis manos navegaban por su vientre y sus pechos. Me embriagaba su olor, el sabor de su piel, la suave oscilación que imprimió a sus nalgas, acariciando mi sexo prisionero entre ellas. Se giró sin dejar de besarme, se separó unos centímetros y susurró: - Déjame ir al baño antes de irnos. Hubiera deseado ahogarme en los lagos profundos de su mirada. Espoleado por la promesa decidí esperar en algún rincón menos concurrido, para disimular el estandarte de mi erección. Al cabo de cinco minutos la espera se había vuelto una tortura. De camino a los servicios, noté una mirada perforándome la espalda. Me volví y la pude ver escabullirse rápidamente del local. Corrí, entre empujones, hacia la salida. La calle estaba desierta. No, su vestido giraba en aquel instante la esquina, alejándose. Pensé en no seguirla. Al cabo de unos segundos corría hasta darle alcance. No se inmutó cuando aparecí a su lado. No hizo comentario alguno. Yo tampoco. Caminábamos el uno junto al otro, sin tocarnos. De vez en cuando nos observábamos. Sus ojos de pantera me acariciaron la mirada. Comprendí. Ella mandaba. Yo era su presa. Acepté su juego. Ahora el frescor de la noche hacía agradable aquel paseo, y su cuerpo se dibujaba precioso y carnal bajo la fina seda del vestido. Alguien abrió un portal algunos metros delante nuestro. Ella corrió y alcanzó la puerta justo antes de cerrarse. Esperó a que se apagaran las luces de la escalera y entró, tirando de mí. Buscó un rincón oscuro, alejado de la claridad que entraba de la calle, y se apoyó contra la pared, mirándome. Podía escuchar su respiración entrecortada. Podía ver el brillo de sus pupilas, clavadas en mí. Estaba al acecho. Hipnotizándome con su mirada. Llamándome desde la profundidad abismal de sus ojos negros. Me acerqué lentamente. Justo antes de besarla pude ver como su boca se entreabría. Nos bebíamos como dos salvajes, entre mordiscos y jadeos. Le acaricié el cuello, los pechos, que saltaron del vestido densos, suaves y duros. Los mordí, los besé, los llené de saliva. Hice girar mi lengua por las corolas de sus pezones. Los cogí con ambas manos. Me hundí entre ellos. Ella, mientras, me acariciaba el sexo, sacándolo de los pantalones, llevándome a extremos de paroxismo. Si dejar de besarnos, bajé mis manos a su coño. Estaba empapada, excitadísima. Le acaricié el clítoris, la entrada de la vagina, el culo, las nalgas. Acercó mi glande a su sexo y se masturbó, recorriendo las orillas de su playa con él. Yo seguía dibujando imposibles con mi lengua dentro de su boca. De repente, sus manos me aferraron el cabello con fuerza, inmovilizándome, haciéndome daño. Tiró mi cabeza hacia atrás con violencia. Me mordió el cuello como si quisiera atravesarme la yugular, y de un solo golpe de cadera se penetró hasta el fondo con mi polla. La mezcla de dolor y placer fue absoluta. Sentía licuarme dentro del horno de sus entrañas, que me retenían con precisión. Ella arqueó más la espalda, para empalarse más. Logré zafarme de sus garras y su boca, y obligándola a girar la cabeza, pude morderle por fin el cuello y la nuca. Mordí como si quisiera devorarla. Ella gimió. Y su cuerpo pareció por fin abandonarse, mimoso, abriéndose como una flor de carne y carícias. Me agarró con ambas manos el culo y siguió follándome con avidez. Deberíamos haber pensado que podía entrar alguien. Pero yo sólo pensaba en buscar algún punto de apoyo. Encontré una especie de banco dónde sentarme, y ella, ahora sí, cabalgó con mi polla clavada en lo más profundo de su coño. Nos abrazamos como si pudiéramos fundirnos el uno con el otro, convirtiéndonos en un único cuerpo, un único sexo, un único dios siamés y hermafrodita. No debió durar mucho. Nos asaltó un intenso orgasmo, agudo, casi doloroso. En silencio, bebiéndonos mutuamente el aliento, nos corrimos sin dejar de mirarnos a los ojos. Dulce y salvaje. Tierno y mortal. Noté los últimos espasmos de su vagina recogiendo las perlas líquidas de mi deseo. Apoyó ligeramente la cabeza en mi pecho. Le acaricié suavemente la frente, los párpados, le susurré al oido: -¿Quién eres amazona?¿eres la luna, la madre?¿eres real? ¿Cómo te llamas? Ella me miró. Fue la única vez que su mirada dejó entrever algo de sí misma. Una ternura infinita, una tristeza infinita. Me sentí indefenso yo también, y ridículo. Intenté bromear: - ¿Eres una mujer casada? ¿eres una espía? Posó las yemas de sus dedos en mi boca y me hizo callar. Después depositó en mis labios un beso casi transparente, de papel, un vuelo de mariposa, un roce. Susurró: - Cuando acabes de crecer serás un hombre muy atractivo. Y salió. La vi alejarse calle arriba, sin mirar atrás. Pensé en seguirla. No lo hice. Durante la semanas siguientes prácticamente viví en el bar dónde nos conocimos. He continuado yendo, ocasionalmente, todos estos años. No me la he vuelto a encontrar. A veces, en mis sueños, aparecen unos ojos insondables y oscurísimos. Me llaman desde el fondo de su hechizo. |
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2/15/2007 4:01 am |
Me he quedado impresionada, hasta en los sitios más insospechados se encuentran perlas llenas de elegancia y sensualidad. Gracias por tus relatos
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Hola Trebol!! Gracias por tus palabras. Nunca me imaginé escribiendo un blog. Pero siempre me interesó escribir sobre erotismo. Es curioso, pero en ésta webb tan extraña, para mí todavía lo es, encontré en los blogs un espacio estupendo, lleno de libertad y de comunicación, y me estoy sintiendo la mar de bien.. Escribir relatos eróticos y tener un retorno inmediato por parte de aquellos que los leen es genial. Seguiré imaginando lubricidades. Gracias por leerme y por dejar tu comentario, tengo pocos y recibo cada uno de ellos como agua de mayo.. Besos y alegría!! Golafre.
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2/17/2007 2:34 am |
te invito... La sensacion ha sido de recuerdo, de posesion, saberse propia de esa mirada, y querer volver a desnudarla... Unos relatos intensos, llenos de vida, gracias por el alimento. Beso Six
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2/17/2007 3:35 am |
golafre75 hola vine a devolverte tu visita en mi blog espero sigamos en contacto por medio de nuesttros blogs un beso y un saludo kassandra
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Ciao Six!! Gracias por tus palabras y tu aliento.. A veces las miradas dicen mucho más que cualquier cosa, verdad? Gracias por tu visita, que será correspondida. Besos. Golafre.
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Hola Kassandra!! Un honor y un placer tenerte por aquí.. A mí me gustó mucho lo que leí en tu blog, así que no dudes en tenerme por ahí siguiendo lo que escribes.. Besos y alegría! Golafre.
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2/17/2007 4:25 pm |
Querido golafre: Enhorabuena por el relato, dejame decirte que tienes verdadero talento como escritor, aprovechalo y deja que los demás nos aprovechemos de él. Has escrito una historia muy elegante y sensual, me encanta el ambiente en el club de jazz, me encanta la descripción que haces de la chica, la espera, la persecución, el relato de la escena de sexo, vamos, que está muy bien y tiene frases muy poéticas como la de "se puede bailar hasta el silencio". Sigue escribiendo guapo a ver si hacemos una colección bonita de historias. Un beso
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Hola Marta!! Encantado de tenerte en mi casa, la puerta está siempre abierta para cuando quieras curiosear.. Y gracias por tus palabras, saber que mis relatos gustan hace que tenga ganas de vencer la pereza(una de mis muchas virtudes), y escribir más.. No esperes que la casualidad te traiga de nuevo para volver. Besos y risas!! Golafre. Pd  ara cuándo tu blog?
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Querida filósofa!!! No sabes cuánto significan para mí tus palabras de aliento..¿O sí lo sabes y por eso me las dedicas? La admiración es mútua y el reto de escribir para lectores como tú, hace que se me encienda el cerebro, cuidando al máximo lo que cuelgo.. El jazz me encanta y a partir de algunos recuerdos en un portal, con otra de mis ex-mujeres maravillosas (qué suerte he tenido, la verdad), intenté crear ésta história, buscando darle un aire de película de "nouvelle vague".. No sé si se presiente, pero a mí me ayudó con la atmósfera.. Gracias de nuevo por tus ánimos, a mí me encanta que te encanten mis relatos, mi primera lectora... Besos. Golafre.
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2/19/2007 5:16 pm |
Hola goloso: Aquí estoy devolviendo tu agradable visita, escribes muy bien y me han gustado tus 3 post, muy sensuales, muy íntimos, pero sin perder jamás la elegancia y el buen gusto... mmm. Vendré a visitarte de nuevo, fue un gusto leerte amigo. Besitos Any 
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ciao Any!! Un placer tenerte en casa.. Me gusta que mis invitados se sientan como en la suya.. así que ya lo sabes.. as you like it.. Gracias por la paciencia de leerme y por tus comentarios, me agrada saber que mis escritos gustan a los que me gustan cómo escriben.. Igual es vanidad!!?? Besos de bienvenida!! Golafre.
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Hola Muriel!! Tú eres siempre bienvenida.. Tu expresividad y alegría son una confirmación de que voy por el buen camino.. Seguiré escribiendo desde la piel para ver si te sigues exclamando.. Un placer recibir tus visitas. Besos y exclamaciones!! Golafre.
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2/22/2007 4:42 am |
Elegante, sensual, excitante, sugerente... y maravillosamente bien escrito. Creo que en parte me ha gustado tanto porque me ha sorprendio el contraste: una primera parte más que nada erótica, como un sueño del que no quieres despertar porque anticipas un estupendo final que aún no ha llegado, y una segunda más "carnal" y apasionada, de la que no puedes apartar los ojos un segundo para dejar de leer. Sinceramente, me hubiera gustado ser ella, y eso me pasa muy pocas veces... Todo un hallazgo tu blog. Deberías anunciarte en alguna parte B-zitos impresionados, Expi.
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2/22/2007 9:27 am |
Golafre Verdadero hallazgo en el subsuelo Adult. Mis felicitaciones. He leído todos tus post y me dejas gratamente sorprendida. Erotismo, sensualidad, sentimientos.... le das cabida a los cinco sentidos, con una prosa sutil, sin groserías. La mirada profunda me cautiva, me hace querer saber más de la persona.... sin escuchar una sola palabra de sus labios sus ojos dicen mucho. Cariños, Mae PD.: Gracias por tu visita.
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2/22/2007 9:29 am |
Se me olivido: te gusta el jazz??
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Expiralia!!! Graaciasss! por tus palabras.. me encantó que te gustara ser ella, imagino que significa que el relato funciona!!.. Viniendo de tí, uno de mis últimos y felices hallazgos ha sido tu blog, tus elogios me resultan doblemente gratificantes.. Intento escribir sin pegarle demasiadas patadas a la Literatura, aún sin creer demasiado en mis posibilidades, y la verdad, comentarios como el tuyo, hacen que crea un poco más... Y que empiece a ser un placer!!! Quizá lo más importante, no crees? Besos y muchas histórias!! Golafre.
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Mae Gracias por tu visita.. Espero que te tomes la licencia de entrar en mi humilde casa cuando quieras.. Yo por parte me autoinvito a pasarme con un cafetito por la tuya de vez en cuando, hace?... Gracias por tus comentarios. De veras, me gusta mucho que te gusten mis relatos, y cómo están escritos.. Intentaré de todas formas, ya que para mí esto es un experimento, subir el tono de las histórias, a ver que pasa.. Me encanta el jazz. Prácticamente es lo que compro y lo que escucho, aunque ni mucho menos me considero un entendido... Hay tantísimo.. y casi todo es tan grande!! Yo llevo una época larga centrado en los clásicos.. Desde las bandas de swing y New Orleans, hasta el periodo que más me gusta.. Las décadas de los cuarenta y cincuenta..con la explosión del be-bop y déspues del cool.. Por supuesto, los crooners y ellas, las divas.. (Creo haver adivinado que Dios es mujer y se llamó Ella Fitzgerald)..como ves sí, me apasiona.. tanto que me enrollo como una persiana.. Te gusta el jazz? Besos y gracias. Golafre.
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2/27/2007 2:19 am |
EXQUISITO RELATO Y DIVINA MUJER,UNA DIOSA... GRACIAS POR TUS PALABRAS INSPIRADORAS. HONEY KISS
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Tienes toda la razón Fairy.. Divina mujer.. La verdad es que he conocido, amado y me he sentido amado por mujeres maravillosas... Cosa que cada vez me extraña menos.. pues la mayoría lo sois.. no he sentido nunca ésa animadversión y ése encono que algunos hombres dicen haber recibido por parte de las mujeres.. Quizá por qué nunca lo sentí yo tampoco hacia vosotras, (sino todo lo contrario), más bien creo que me comunico mejor con las mujeres que con los hombres.. Aunque ame, y tenga amigos estupendos.. no sé.. Gracias por tus palabras de aliento con respecto a mi relato.. Besos. Golafre.
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3/1/2007 2:00 am |
Disculpa que me colase.. vi la puerta abierta y entre sin llamar.. Solamente con una palabra puedo describir lo que he leido .......... Chapeau.... Un besazo Ella
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Ella!!! Puedes entrar couando quieras, para mí es un honor... y por favor, no me pidas disculpas por colarte, si es lo más divertido que hay!!... Gracias por tu tiempo y tus atenciones... es un placer que te gustara... Tengo pendiente una visita en profundidad a tu blog.. porque he pasado pero de refilón... te prometo que iré con mis vestidos de gala la próxima vez.. Besos y alegría!! Golafre.
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3/20/2007 4:04 am |
Un relato excepcional. Gracias, Golafre. Joan.
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Ciao Joan!! Gracias por tu comentario... Me anima mucho saber que te gustó..A ver si me animo y cuelgo algo dentro de poco.. que ando un poco perezoso... Te prometo una visita a tu blog saludos y alegría!! Golafre.
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GOLAFRE.. que decir.. que tengo un blog.. y leyendo tus post.. me siento como un enano leyendo a un gigante... Muy bueno.. francamente bueno.... he "sentido" el ambiente.... incluso se podía mascar el humo del local de Jazz...y el deseo por tan especial mujer. Gracias por inspirarnos... y por compartirte... Un placer... DUKE_M Pasaba por aquí.....
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9/27/2007 2:25 pm |
es real??????????????????????????????????? si no lo es mienteme y dime que si lo es 
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